jueves, 30 de julio de 2015

OBESA



La pequeña obesa se revolcaba en la sucia cama tratando de calmar su hambre, sus raptores no la alimentaban como ella quería. No había límites para su apetito. 

 Lejos de ahí, su padre lloraba abrazando un gran vestido en el que entrarían dos niñas de talla normal. La recordaba saltando en los charcos de lodo que la lluvia formaba en el jardín.
Sus captores la matarían si no cumplía con el pago. Acudió a rogarles que le regresaran a su hija con una cantidad menor a la que pedían. Ellos lo miraron despiadadamente y partieron con la niña.


Regresó a su casa llorando la inminente muerte de su princesa gorda.                                                        
La luz estaba encendida. Corrió a la casa esperanzado,  ahí estaba echada en su cama con su vestido rojo y sus pies descalzos y sucios, las sombras pronunciaban su silueta corpulenta, se acercó lentamente para no asustarla en la oscuridad.
Se cubrió el rostro horrorizado. Su vestido, rasgado y ensangrentado estaba puesto sobre ese cuerpo  rollizo de hocico corto y ancho y  pequeños ojos que lo miraban sin vida. Ni siquiera se habían detenido a limpiar el lodo de las pezuñas de aquel cerdo que yacía sobre la cama.


lunes, 27 de julio de 2015

LOS SUEÑOS LOCOS

Tunel Amarillo



Túnel de color amarillo, lo atravesaba volando mientras veía estrellitas de colores que giraban a mí alrededor. A lo lejos escuchaba la voz del médico dando instrucciones. Tiempo después abrí los ojos y veía como las luces del techo pasaban sobre mí. Los sonidos eran aún sordos y lejanos. Llegamos a mi cuarto. Dormí sin soñar más. Cuando me desperté mi hijo menor lloraba a mi lado esperando su primera comida.


Así nació mi hijo Bruno y el túnel con estrellitas fue producto de las drogas pues la epidural no me hizo efecto. Aún recuerdo claramente el túnel que atravesaba volando.





Seres


Corro a esconderme detrás de la base de la estatua hecha pedazos, ellos nos persiguen en la noche que nos envuelve. Mi corazón corre como un pura sangre en competencia, mi respiración agitada hace que cualquier ráfaga de viento me ahogue. Alrededor mío otras personas como yo se ocultan tras autos, basureros y todo lo que pueda significar un escudo. Los escucho acercarse, esos seres inmensos aparecen con su destello de luz, sólo alcanzo a ver su cuerpo negro contra la luz agachándose sobre mí, tomándome con dos dedos del cuello de mi camisa y levantándome hacia la altura e inmensidad de su nave nodriza.